La incidencia de las enfermedades autoinmunes (AID) ha aumentado constantemente a lo largo de los años.El SIDA se refiere a un grupo de enfermedades en las que el sistema inmunitario pierde la capacidad de tolerar auto-componentes y en su lugar ataca los propios órganos del cuerpo.La AID puede clasificarse en dos categorías principales en función de los órganos o tejidos afectados: AID orgánico específico y AID no orgánico específico.
El SIDA específico de órganos se refiere a enfermedades con lesiones limitadas a órganos o tejidos específicos, como la esclerosis múltiple, las enfermedades hepáticas autoinmunes y la diabetes tipo 1.La AID no específica para órganos abarca un grupo de enfermedades que afectan a múltiples órganos o sistemas., incluido el lupus eritematoso sistémico (LES), la artritis reumatoide (AR), la espondilitis anquilosante (EA), el síndrome de Sjogren (SS) y la dermatomiositis/ polimiositis.
Se estima que aproximadamente del 7,6% al 9,4% de la población mundial está afectada por varios tipos de enfermedades autoinmunes.La mayoría de los pacientes requieren tratamiento a largo plazo o incluso de por vida.Además, algunas enfermedades, como la nefritis del lupus, pueden ser mortales y afectar gravemente a la calidad de vida de las personas afectadas.que representa el 20% o una quinta parte de la poblaciónLas enfermedades autoinmunes se han convertido en la tercera enfermedad crónica más prevalente, después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
La creciente prevalencia de enfermedades autoinmunes subraya la necesidad de mejorar las estrategias de diagnóstico, tratamiento y gestión para reducir la carga sobre los pacientes y los sistemas de salud.Diagnóstico precoz y precisoEn la mayoría de los casos, los resultados de los estudios de detección de autoanticuerpos específicos de la enfermedad son muy positivos, por lo que es de suma importancia utilizar pruebas in vitro para detectar autoanticuerpos específicos de la enfermedad.y suprimir la respuesta inmune anormalLos cambios en el estilo de vida, como el ejercicio, una dieta equilibrada, el manejo del estrés y el descanso adecuado, también pueden contribuir al manejo de la enfermedad.